domingo, 29 de mayo de 2011

Estructura general del texto expositivo


Conclusión

Desempeñar dos funciones: sintetizar las ideas principales del texto y/o despedirse del lector.

a) Resumir el tema del texto:

Factores de la comprensión lectora

(...)En resumen: la comprensión lectora depende de un gran número de factores, muy complejos e interrelacionados entre sí. Una cierta claridad teórica sobres estos factores, permite detectar las fuentes de las dificultades de comprensión y los modos de facilitarla. Teniendo claros los factores de la comprensión, se pueden planificar con más bases las distintas actividades destinadas a desarrollarla.

(Felipe Alliende y Mabel Condemarín. La lectura: teoría, evaluación y desarrollo. Santiago: Andrés Bello, 1994

b) Citar a otro autor, por medio de una cita directa o refiriéndose a su texto

(...)Quizás pudiéramos resumir nuestro mensaje, el mensaje de este libro, con los versos de ese gran poeta uruguayo, Mario Benedetti:

Si alguna vez me miras a los ojos
y una veta de amor reconoces en los míos,
no pienses que deliro.
Piensa simplemente,
que puedes contar conmigo”.

(Isabel Infante Durana. El lenguaje del rostro y de los gestos. Madrid: Quorum, 1987)

 c) Concluir por medio de una apelación al lector, ya sea por medio de preguntas finales, invitaciones, etc.:

Sesenta años de física a partir de la relatividad

(...) Es necesario reconocer, para concluir, que a pesar de todos esos esfuerzos el desequilibrio subsiste: la física, que ha conquistado sobre el universo un poder casi ilimitado, es siempre incapaz de responder a la pregunta fundamental: ¿por qué aquello que se encuentra en lo alto no es como lo que está abajo?

(Jacques Bergier en Revista Plante Nº12. Buenos Aires: Sudamericana, 1966

d) Contar una anécdota, chiste o relato:

“Te lo voy a explicar: El que diserta y el que escucha”

(...) Si las mujeres pueden aprender que no siempre deben escuchar, los hombres también podrán ser más libres, al aprender por su parte que no siempre han de tener cosas interesantes sobre cualquier tema, listas para salir de sus bocas, si desean impresionar a una mujer o hacerle pasar un rato agradable. Una periodista me entrevistó una vez porque estaba escribiendo un artículo sobre cómo incluirse en una conversación. Me contó que otro experto, un hombre a quien había entrevistado previamente, le había sugerido que la mejor manera era aportar información interesante. Su punto de vista me pareció divertido, porque no hacía sino ilustrar la idea que suelen tener los hombres acerca de qué es un buen interlocutor. Pero las mujeres no solemos compartir esta idea. ¡Cuánto más fácil encontrarían los hombres la idea de conversar, si pensaran que todo lo que deben hacer es escuchar! Tal como lo dice una mujer en una carta al editor de Psychology Today: “Cuando encuentro a un hombre que me pregunta ‘¿Cómo te fue hoy?’,  y realmente quiere saberlo, me siento en el paraíso”.

(Deborah Tannen. Tú no me entiendes. Por qué es tan difícil el diálogo entre hombre y mujer. Buenos Aires: Vergara, 1991)
Tomado de "Hincando el diente" 








A trabajar
Ciencia y tecnología
La expansión del conocimiento científico que tuvo lugar a principios del siglo XVII, se   atribuye muy a menudo al redescubrimiento del saber antiguo que alumbró el fenómeno del  Renacimiento. Pero cuanto más estudia uno esa explicación, menos correcta le parece. Entre  Arquímedes y Eratóstenes hubo cuatrocientos años de especulación sobre el mundo natural,  llevada a cabo por algunas de las mejores mentes que la ciencia haya conocido, pero no puede decirse que acumulasen un inmenso caudal de conocimientos sobre el funcionamiento del mundo natural. Si la ciencia entre los años 1600 y 2000 se hubiera movido al mismo ritmo, partiendo del conocimiento que poseían los griegos y usando sus mismas herramientas, no habríamos añadido mucho a los conocimientos que heredamos de ellos. El redescubrimiento del saber antiguo nos proporcionó una excelente plataforma de lanzamiento, por supuesto, pero se necesitó algo externo a la ciencia para situarla en órbita, algo que no tuvieron los griegos, los árabes o los chinos. Ese algo es una tecnología adecuada..La tecnología se define en muchos diccionarios como la ciencia aplicada, pero no es más significativo definir la tecnología como ciencia aplicada que definir una gallina como un huevo aplicado. Las gallinas vienen de los huevos, pero los huevos también provienen de las gallinas. Es cierto que gran parte de la nueva tecnología surge de la aplicación de descubrimientos científicos, pero también es verdad que muchos de los descubrimientos científicos han sido a menudo el resultado de aplicar nuevas tecnologías. La ciencia y la tecnología son, simplemente, dos respuestas diferentes ante las fuerzas de la naturaleza. Mientras que la ciencia es el intento de la humanidad por explicar esas fuerzas, la tecnología es el intento de la humanidad por explotar y aprovechar esas fuerzas. Y el progreso en cualquiera de ellas puede ser fuente de progreso de la otra.


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